La historia de Sindel comienza 10.000 años atrás, cuando el emperador Shao Kahn invadió su reino y lo anexó al suyo, el Outworld. Tuvo que soportar ver cómo su marido, el rey Jerrod era asesinado por el mismo Kahn, cómo su gente era esclavizada y cómo su hija, la princesa Kitana era adoptada por éste como hija. Esto fue demasiado para ella, como mujer, esposa, madre y reina, así que tiempo después decidió suicidarse.
Sin embargo, este no sería el fin de la reina. A través del poder del Dios Shinnok, Kahn la trajo de nuevo a la vida, pero no en el Outworld. Su resucitación tuvo lugar en la Tierra, esto permitiría a Kahn pasar por las fronteras que separan a ambos reinos y así poder reclamar la Tierra como suya, forzando una fusión entre la Tierra y el Outworld. A todo esto, Sindel revivió con el cerebro lavado, sin ningún conocimiento sobre su vida pasada y con una lealtad total hacia Kahn. Luego de que Shang Tsung fallara al adjudicarse la Tierra mediante el Torneo de Mortal Kombat, Kahn implementó un plan, el cual tuvo relativo éxito; Sindel renació tal y como se había planeado, pero Kahn sólo pudo fusionar parte de los reinos del Outworld y el Earthrealm antes de que los guerreros de la Tierra lo derrotaran. Shao Kahn no sólo perdió la Tierra, sino que Kitana solicitó una audiencia con Sindel en la que la convenció acerca de su verdadero pasado, girando su alineación en contra de Kahn.
Como la derrota de Kahn también tuvo éxito en la separación del Outworld del de Edenia, Sindel subió a ocupar el trono que le pertenecía y juró no sólo reconstruir su reino, sino acabar con Shao Kahn para siempre por sus constantes crímenes.
Estos planes tuvieron que esperar, la hija de uno de los embajadores de Edenia, Tanya permitió que las fuerzas del Netherrealm controladas por el Dios Mayor caído Shinnok invadieran el palacio. Aunque Kitana escapó, Sindel fue capturada y encerrada en su propia mazmorra hasta que las fuerzas de Shinnok fueron derrotadas. Enfurecida por estos hechos, Sindel mandó a Kitana a formar un ejército con ayuda de la raza Shokan y conducirlos hacia una batalla contra el debilitado Kahn mientras ella seguía intentando restaurar la belleza natural a Edenia. Desafortunadamente para ella, Edenia fue nuevamente invadida, pero esta vez por el rey Dragón Onaga, matando a Kitana y sus aliados del Earthrealm y resucitándolos luego bajo su control.
Es otra vez confinada a permanecer encerrada en su propio palacio, esta vez, vigilada por su propia hija Kitana (un plan astuto, si tenemos en cuenta de que Sindel jamás lucharía contra su hija, contra su propia sangre y carne, aún a costa de su libertad), sin embargo, fue liberada por Jade, la mejor amiga y guardaespaldas de Kitana. Ahora, ella rastrea Edenia con la idea de localizar a Onaga y así buscar una manera de liberar a Kitana del poder del Rey Dragón.
En el final de Mortal Kombat: Armageddon, ella derrota a Blaze y recibe poderes divinos de Dios Mayor. Con sus nuevas habilidades, decide resucitar a su esposo Jerrod trayéndolo del cielo y tomando su alma. Ahora, Sindel, Jerrod y Kitana trabajarán juntos para protegerse de tiranos como Shao Kahn y mantener a su reino en paz.
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